Food City Boost: el camino recorrido hasta ahora
Llevamos poco más de un año desarrollando actividades en el marco del proyecto Food City Boost y ha llegado el momento de revisar el camino recorrido hasta ahora, los objetivos y los resultados. Aprovechamos la ocasión de la edición del informe interno para contaros cómo nos ha ido.
Food City Boost tiene como objetivo aportar datos sobre los impactos y los riesgos de la agricultura urbana (AU) en las ciudades y en el mundo rural, desarrollar herramientas de sostenibilidad para enfrentar los retos así como sugerencias innovadoras y propuestas concretas para que los responsables políticos puedan actuar según las necesidades del contexto.
Gracias a la valiosa participación de 6 Living Labs europeos muy diversos, incluso Valladolid, el proceso de investigación tiene un planteamiento esencialmente participativo e incluye fincas productivas urbanas y peri-urbanas, huertos comunitarios y urbanos, fincas o granjas sociales y huertas escolares.
Siendo un tema muy amplio y complejo, el equipo, está comprometido en abrazar la diversidad de contextos pero consensuó enfocar el análisis hacia factores económicos, ambientales y sociales cuáles: producción, ahorro, creación de empleo, desarrollo de canales cortos de comercialización (CCC), salud del suelo, biodiversidad, ciclo de vida de materiales y recursos naturales, política y gobernanza, salud y bienestar, cohesión social e inclusión y educación.
A nivel local, esto se ha concretado hasta el momento a través de varias acciones, resumidas en la imagen aquí abajo, financiadas por la UE y orientadas a diferentes partes interesadas, agentes del sistema alimentario, responsables políticos, hortelanos/as, investigadores, productores, consumidores y al público en general.

Tras una primera temporada de organización interna, empezamos el otoño pasado presentando el proyecto a través de un encuentro abierto a toda la población y otro con la Concejalía de Medioambiente, sentando las bases para identificar posibles partes interesadas, dimensiones e indicadores relevantes y analizar el contexto local.
Siguieron el lanzamiento de una encuesta online para visibilizar a nivel europeo las prácticas existentes con aspectos innovadores a nivel social, ambiental, territorial y/o agrícola y el primero de dos talleres enfocados en la política y mecanismos de gobernanza en la AU que tuvo buena participación, generó mucho interés y debates valiosos.
Los factores claves identificados durante el taller incluyen:
• la protección del suelo agrario en los planes generales urbanísticos;
• la coordinación transectorial y a múltiples niveles administrativos para aumentar la financiación disponible, reconocer la multifuncionalidad de la AU, fomentar la compra pública local e integrar iniciativas de acceso a la tierra con apoyo al emprendimiento y creación de demanda.
Estos retos y oportunidades de aprendizaje surgieron también en encuentros similares desarrollados en otros living labs europeos.

Se hizo además un llamamiento en redes sociales abierto a hortelanos/as, técnicos/as, asociaciones, entidades y todas las personas involucradas en prácticas de agricultura urbana y peri-urbana para ofrecer asesoramiento gratuito en la mejora de iniciativas existentes o el desarrollo de nuevos proyectos, técnicas innovadoras o de programas de experimentación científica. Lamentablemente no hubo interés en esta propuesta.
La primavera trajo consigo la oportunidad de organizar actividades dirigidas a la valoración de los impactos medioambientales de las iniciativas de AU en Valladolid. Se desarrollaron varias sesiones de muestreo del suelo con formación gratuita en fincas productivas, así como en huertas urbanas y comunitarias. Los resultados estarán disponibles en otoño.
Desafortunadamente, por razones ajenas a la organización, tuvimos que posponer el análisis de biodiversidad que requiere de una temporada y condiciones meteorológicas muy específicas entre mayo y junio para que sea eficaz.

Por otro lado, el Instituto Sostenipra, de la Universidad de Barcelona, empezó el proceso de apoyo en la recogida de datos e información necesaria para desarrollar el análisis de ciclo de vida de una huerta escolar y una huerta comunitaria.
El análisis toma en consideración, entre otros, el origen y la cantidad de agua que se utiliza, el uso de compost o la habilitación de una zona de compostaje, las características del sistema de riego, la reutilización de macetas/semilleros, posibles herramientas compartidas, el uso de acolchado, la gestión de residuos orgánicos y no orgánicos etc. En concreto, el ACV permite identificar oportunidades de mejora del desempeño ambiental de un producto/actividad, ahorro de costes y, en algunos casos, obtener datos concretos para facilitar el apoyo de entidades.
Esta tarea conlleva tiempo y compromiso y estamos muy agradecidos a quienes han elegido participar.
En junio tuvo lugar el segundo taller acerca de la promoción de la agricultura urbana por parte de las instituciones, cuyos objetivos fueron resumir las conclusiones obtenidas, y profundizar el análisis de retos informando así el taller previsto para septiembre sobre la territorialización del sistema alimentario local.
Los participantes convinieron que la provincia de Valladolid cuenta con un potencial importante para el desarrollo sostenible de la agricultura urbana y peri-urbana, incluyendo importantes vínculos culturales con el territorio rural circundante. También hay una amplia experiencia de desarrollo de políticas participativas e iniciativas asociativas que han configurado redes de actores y aprendizajes fundamentales. A la vez, se percibió la necesidad de re-articular redes existentes en torno a proyectos y demandas políticas concretas y a largo plazo.
A continuación, durante la presentación de su nuevo libro «Huertopías«, el sociólogo José Luis Fernández Casadevante ‘Kois’ compartió múltiples ejemplos inspiradores sobre las potencialidades de los huertos urbanos para pensar un modelo de ciudad capaz de hacer frente a la crisis ecosocial.
“La agricultura urbana puede ser metáfora de la creatividad social, la capacidad ciudadana para devolver el valor de uso a espacios abandonados, del cuidado de la naturaleza en la ciudad o de las posibilidades de relocalizar, democratizar y ecologizar los sistemas alimentarios” Kois
Por último hemos dedicado el verano a entrevistas y conversaciones sobre los impactos socio-económicos de la AU al fin de evaluar el papel polifacético que desempeñan las diferentes iniciativas en la mejora del bienestar de la comunidad, la promoción de oportunidades económicas y la contribución a la sostenibilidad urbana.
Todo este trabajo contribuye a los resultados obtenidos hasta ahora desde la colaboración entre varios socios del proyecto detallados en la imagen aquí abajo.

Las publicaciones se van compartiendo en la web del proyecto a medida que se van aprobando oficialmente por la UE. Por otro lado, los acontecimientos se han ido comunicando a través de las redes sociales del proyecto y de cada socio, inclusas las de la Fundación Entretantos y Alimenta Valladolid, a lo largo del tiempo con más seguidores y alcance de lo esperado. Además se han entrelazado relaciones positivas con proyectos afines como Bauhaus Bites, EFUA y generado interés a nivel nacional tras la presentación en el Congreso Internacional SEAE e internacional gracias a la participación en el evento URB Agr ‘inn Days organizado por Wasabi Platform y la Universidad de Lieja en Bélgica.
En Valladolid, seguimos sembrando y cultivando la creación de espacios de encuentro y diálogo para compartir necesidades y retos, la generación de debates, propuestas y materiales de gran interés, la visibilidad de experiencias vallisoletanas a nivel europeo para cosechar sensibilización e incidencia política. Otros resultados y beneficios esperados a lo largo del proyecto incluyen:

¿Que actividades están previstas para los próximos meses?
En septiembre tenemos planificado un taller sobre mapeo participativo y territorialización del sistema alimentario de Valladolid, con la participación de José Luis Vicente Vicente (CSIC y ZALF), Mientras que este invierno os mantendremos al día sobre una serie de talleres enfocados en escenarios deseados y narrativas transformadoras para repensar juntas nuestra ciudad.
Hay soluciones innovadoras de agricultura urbana que nos ayudan a salvar la brecha entre las zonas urbanas y rurales y los retos climáticos actuales. Esperamos que el proyecto FOODCITYBOOST, a través de acciones enfocadas en el contexto local y herramientas de apoyo a la toma de decisiones, contribuya a co-crear un paisaje agrícola urbano sostenible que satisfaga las necesidades de la comunidad y que, al mismo tiempo, reduzca los impactos negativos.
¿Y vosotros qué opináis? ¿De qué mejor forma este proyecto podría apoyar vuestra iniciativa, la ciudad y su relación con el mundo rural?
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